Poética
En la sombras contemplo una llama,
mientras el alma arde
al compás de la soledad...
La poesía se levanta con los días. Se alimenta de las luces y las sombras, del tatuar en la memoria, los lunares en las pieles, entonces aparece, la mirada del transeúnte, olores que viajan hacia el pasado, el olvido de la sangre, sin medir al tiempo. Cada voz guarda sus palabras en las manos del viento, las deja allí a la merced de otras voces que perpetúen su encuentro.
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